SINSALAUDIO / Actualidade

La Escola Sinsal de gira por Asturias.

15 de Febreiro de 2010

CLIENTE: TEATRO DE LA LABORAL (En colaboración con la Fundación Municipal de Cultura de Gijón)
FECHA: FEBRERO 2010
CONCEPTO: Talleres sobre la escucha atenta
COMISARIADO: SINSALAUDIO
EQUIPO: Julio Gómez, historiador, co-director de Sinsalaudio e investigador sonoro del Colectivo escoitar.org; Carlos Suárez, etnomusicólogo, compositor y paisajista sonoro del Colectivo escoitar.org; Fernando Silva, técnico de sonido y Dj profesional.
ITINERARIO: Gira por cinco colegios de Asturias:

_Lunes 22 de febrero – C.P. Laviada (Gijón)
_Martes 23 de febrero – I.E.S. Juan José Calvo Miguel (Sotrondio)
_Miércoles 24 de febrero – I.E.S Perez de Ayala (Oviedo)
_Jueves 25 de febrero – I.E.S. de Pravia (Pravia)
_Viernes 26 de febrero – C. P. Jovellanos (Gijón)

¿Qué es la Escola Sinsal: la historia de la música enlatada?

La historia de la música enlatada es la aventura de rescatar la memoria sonora. Apto para todos los públicos, alimentado de todos los estilos y amando todas las épocas, este taller itinerante ofrece una perfecta mezcla entre teoría y práctica. El mundo del sonido se abre, así, a infinitas posibilidades: desde experimentar con instrumentos de todo el mundo a adentrarse en técnicas de grabación y composición con el ordenador como herramienta creativa.

Un proyecto fascinante donde lo lúdico importa tanto como lo pedagógico y que responde a dudas sonoras que van desde cómo se fabrica un altavoz sin electricidad a la fecha y título de la primera grabación. Y si Picasso diseñó portadas de discos o anecdotarios sobre el plátano y el perro más famosos de la historia musical. O si podemos grabar nuestros propios discos y, por cierto, ¿cuántas canciones entran en un disco duro de 4 gigas? ¿Cómo se fabrica un vinilo? ¿Qué famoso grupo de rock grabó por primera vez su disco en un magnetófono de cuatro pistas? ¿Qué es un loop? ¿Se puede hacer scratch con un mp3 o un dvd?… Y más sobre djs, maquetas, música enlatada, bocinas gramofónicas, surcos, agudos, graves, improvisación…

EN LA PRENSA: Érase una vez el vinilo (La Nueva España)

La revelación le llegó a Julio Gómez y a sus compañeros del colectivo vigués Escola Sinsal hace unos cinco años, cuando a la tienda de discos que tenían llegaron unos chavales. «Tendrían 15 años, y en seguida se pusieron a mirar los discos de vinilo y preguntaron que qué era aquello. Les pusimos un disco y les pregunté si les gustaba. «No», me dijo uno. Entonces le dije, «pues espera, que igual te gusta más la otra cara». Y sencillamente fliparon con que se pudiera dar la vuelta a eso y escuchar otra cosa». En ese momento, el colectivo, dedicado a la investigación musical, al paisajismo sonoro y demás derivas de la expresión musical, decidió montar unos talleres para explicar la historia de la música analógica a niños y adultos. Esta semana recorren centros educativos de Asturias, invitados por el teatro de la Laboral, que ha organizado estos talleres evangelizadores, y ayer aterrizaron en Oviedo, en el Instituto Pérez de Ayala de Ventanielles.

Los chavales, como los de la tienda, volvieron a flipar. No fue para menos. Además de cursillos de Dj donde se les explicaron las cuestiones básicas del scratch, Gómez empeñó sus dotes didácticas en que entendieran qué era un surco, cómo desde el cilindro fonográfico la música se viene registrando a través de agujas en diversos materiales y en convencerles de que, con el formato CD en un callejón sin salida, el vinilo ha vuelto para quedarse junto al formato puramente digital del MP3.

No tan incrédulos como divertidos, los alumnos de primero de la ESO del centro vieron en directo cómo funciona un fonógrafo de 1890, a qué sonaba una revista con hojas de flexi-disc que contenían música, diversos tipos de juguetes musicales cuyo funcionamiento se basaba en la reproducción de registros realizados en surcos y hasta un invento japonés de última hora, una pequeña furgoneta Volkswagen con altavoz y aguja que, capaz de recorrer la superficie de un disco y reproducirlo, se anuncia como el tocadiscos más pequeño del mundo.

Después de preguntas divertidas como «pero qué es eso del estéreo» o la de otro que, ante la demostración de unos sellos de béisbol de los sesenta que venían con narraciones incorporadas, quería saber si se podía cambiar el idioma, todos los grupos acabaron en el salón de actos para protagonizar el registro sonoro sobre un cilindro fonográfico virgen especialmente diseñado por un artesano inglés de sus nombres y apellidos. Más o menos en orden, desfilaron delante de la bocina decimonónica y gritaron sus nombres. Efectivamente, el cilindro lo registró. Hasta los gritos de «Sergio, Sergio», el único chaval que no quiso salir a gritar al aparato.