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SOSOAUDIO 001: EMILIO JOSÉ

29 de Marzo de 2010

EDITORA: SOSOAUDIO (SINSALAUDIO).
TITULO: EMILIO JOSÉ, IPANEMA 6, 20. 
AÑO DE PUBLICACIÓN: marzo del 2010.
FORMATO: cilindro fonográfico en resina de color negro.
TIRADA: 27 copias.
DISEÑO DE LAS PORTADAS: cada portada pintada a mano con una obra del artista gallego Pako Landesa.
PRECIO: 100 Euros + Gastos de envío.


¿Por qué editar un cilindro fonográfico cien años más tarde?

La historia del registro sonoro es la historia del ruido, de la carrera contra el tiempo y de la batalla contra la vibración.

Cuando en SINSALaudio decidimos crear un sello discográfico ya habían pasado más de ocho años desde que el deseo se convirtió en realidad. En este tiempo (2002-2010), la evolución del soporte había desmontado todas las estrategias comerciales conocidas hasta la fecha.
Han sido años suficientes para que buena parte de las nuevas generaciones hayan crecido con otro concepto sobre la grabación.

Una anécdota en nuestra tienda de discos “física” en la Rúa Príncipe de Vigo nos abrió el camino: un grupo de adolescentes de visita por nuestras instalaciones no sabía que un disco de vinilo tenía “dos caras” registradas con música. Esta realidad, más o menos generalizada entre las nuevas generaciones,  nos inspiró y emprendimos la “Historia del registro sonoro“.

Fueron varios años de investigación en el que nos dimos de bruces con un mundo “físico” de otro tiempo. Aquel en el que el objeto no era sólo un elemento de coleccionismo; de fetichismo. Había mucho más que portadas bonitas o formatos curiosos. Había una verdadera historia, con sus héroes y villanos, de la música enlatada.

Entre otras  conclusiones, la más importante fue que aprendimos a reconocer cómo la historia de la grabación y de la industria discográfica había cambiado nuestra percepción acústica y, por supuesto, nuestro gusto musical.

Pero todavía más, la desaparición casi definitiva del soporte en favor del archivo digital, no sólo está trasformando el mundo de la venta de música, también está abriendo otra forma de escucharla.

Si con el soporte digital se había borrado el “ruido de fondo”, ahora con el formato comprimido se da una vuelta de tuerca al proceso y también se eliminaban las frecuencias que “no escuchamos”.  El cambio, no por pasar desapercibido, deja de ser revolucionario y avanza en un dirección que abre la percepción acústica hacia la música virtual donde las frecuencias serán utilizadas, dependiendo del público y de su edad, en diferentes contextos.

Es pues el momento adecuado de estudiar e investigar la evolución del ruido de fondo y de recuperar algunos de sus principales protagonistas.

Las primeras referencias de SOSOaudio son cilindros fonográficos; el soporte que, debido a su eje de rotación, incidía de forma más notable en la acústica de la música.
Escuchar aquellas grabaciones en las que desaparecen más del 70% de las frecuencias de una canción y, además, registran todos los ruidos -y defectos- propios de la mecánica del reproductor, es ahora una experiencia próxima a la música fantasmagórica “hauntology”; un viaje de paisaje sonoro fuera de control.

“SOSOaudio 001 es el “primer cilindro” fonográfico de la historia que registra música electrónica. Nunca antes un vocoder o una caja de ritmos habían sido grabados en este formato”

SOSOAUDIO 001: Emilio José, Ipanema 6 20

La referencia que inaugura esta serie de cilindros fonográficos, 110 años después de que otras editoras estuvieran por Galicia grabando a artistas locales, es un tema especial compuesto por el gallego Emilio José. El de Quins (Ourense), en su habitual recorrido por las arenas de Brasil, realizó para la ocasión la que, casi con toda probabilidad, es la primera canción de la historia del pop grabada en cilindro fonográfico. En caso de que algún otro artista hubiese editado esta excentricidad acústica, por lo que sí ponemos la mano en el fuego es que este vocoder con el que canta Emilio es el primero en sonar a través de un fonógrafo.

Anécdotas al margen, la canción “Ipanema 6 20” parece que haya sido pensada para este soporte. Como era previsible, toda la música sufre la pérdida de frecuencias desde el archivo original hasta su grabación en el cilindro fonográfico, pero además, el uso de melodías electrónicas y este singular “camuflaje” de su voz gracias al codificador del vocoder da como resultado un grabación muy propensa a ser modificada por el reproductor: recordemos que el surco de un cilindro es como una rosca en un tornillo y su movimiento de giro favorece, incluso en reproductores en buen estado, los efectos sonoros denominados “glissando”.

En definitiva, todo el proceso, desde que Ipanema 6 20 salió del estudio de Emilio José hasta que la canción se reproduce en un fonógrafo está fuera de nuestro control.
Por algo, las grabaciones acústicas eran una experiencia única donde el azar jugaba un gran protagonismo y una canción, en contadas ocasiones, sonaba dos veces igual.